arrow_backEmergency WASH

X.6 Estrategia de salida, transferencia y desmantelamiento de infraestructura

Una estrategia de salida en el contexto de las intervenciones de saneamiento de emergencia es un enfoque planificado acerca de por qué, qué, cuándo y cómo las organizaciones que implementan pondrán fin a su compromiso humanitario relacionado con el saneamiento. Esto incluye el proceso de transición, traspaso, desmantelamiento de la infraestructura y salida o desvinculación de actividades, proyectos, áreas de programas o países. Las posibles estrategias de salida y transición se deben considerar desde el inicio de las actividades. Esto es importante, en particular, en todos los escenarios no inmediatos, y debe aplicarse tan pronto como los servicios básicos de saneamiento se hayan establecido nuevamente a un nivel que reduzca con éxito las vulnerabilidades provocadas por los riesgos ambientales para la salud.

Para las crisis posteriores, crónicas y prolongadas, se aplican criterios de salida. Estos criterios ayudan a comparar las ventajas y la rentabilidad de una intervención humanitaria sostenida con las de una intervención dirigida por las autoridades y organismos locales, u otros donantes o socios. Las estrategias de salida y transición dependen del contexto. Sin embargo, se deben abordar en una fase temprana de la intervención por razones de transparencia con los socios y para promover un traspaso sin problemas a los respectivos departamentos gubernamentales o socios de desarrollo, respectivamente. Las intervenciones humanitarias de saneamiento deben estar en armonía con las estrategias y políticas nacionales X.4. Si la situación local lo permite, se deben llevar a cabo en coordinación con el gobierno y los agentes de desarrollo pertinentes para definir en conjunto el alcance y el enfoque de las intervenciones. Los socios de implementación deben especificar cuándo y cómo se terminará el apoyo al proyecto y se traspasará al gobierno local, a otras organizaciones locales o a proveedores de servicios capaces de sostener/mantener los niveles de servicio de saneamiento alcanzados, o aclarar si se dará seguimiento a los proyectos y cómo se haría (por ejemplo, mediante otra fase y la posibilidad de financiación de seguimiento para continuar las actividades de WASH si es necesario). Los siguientes criterios de sostenibilidad deben abordarse lo antes posible para permitir un traspaso exitoso a los gobiernos locales u otros agentes de desarrollo y garantizar la viabilidad futura del sistema.

Sostenibilidad técnica: Las intervenciones de saneamiento deben apoyar tecnologías y diseños apropiados a nivel local, así como materiales de construcción locales disponibles y asequibles. Las intervenciones deben estar equilibradas entre las soluciones técnicamente viables y lo que la población afectada, las entidades gubernamentales locales o los proveedores de servicios desean y pueden gestionar una vez finalizado el proyecto para que los servicios de saneamiento sigan operando.

Sostenibilidad económica: Durante la selección de los módulos del sistema, se deben considerar los costos respectivos de operación y mantenimiento (O&M) a largo plazo de la infraestructura de saneamiento. Aunque la recuperación de costos no sea una prioridad en la respuesta humanitaria inmediata en materia de saneamiento, es esencial ser consciente, desde el principio, de las prolongadas consecuencias económicas del establecimiento o restablecimiento de los servicios de saneamiento.

Sostenibilidad sociocultural e institucional: Todas las intervenciones de saneamiento deben tener en cuenta la aceptabilidad local y la idoneidad de los sistemas aplicados, la conveniencia, las percepciones del sistema, las cuestiones de género y los impactos sobre la dignidad humana. Se deben tomar medidas para garantizar que las actividades de promoción de la higiene y las intervenciones de cambio de comportamiento sean sostenibles. Se debe conocer la capacidad de la población afectada, de las organizaciones comunitarias o de los proveedores de servicios de saneamiento para gestionar la infraestructura, incluida la gestión financiera y la operación y el mantenimiento, a fin de identificar los requisitos para un entorno propicio. Las organizaciones y estructuras (públicas, privadas y comunitarias) deben estar preparadas para proporcionar el apoyo necesario.

Sostenibilidad medioambiental: El impacto de las intervenciones en los recursos hídricos locales se debe evaluar antes de la intervención. Para construir sistemas de saneamiento con capacidad de recuperación, el diseño debe adaptarse a los riesgos identificados. La inclusión de planes de gestión integrada de los recursos hídricos y de seguridad del saneamiento se considera parte integrante de la respuesta. El diseño implica una evaluación exhaustiva de los recursos hídricos, una evaluación de la demanda actual y futura, la definición de los roles y las funciones de las autoridades locales y nacionales, y la identificación y la aplicación de normas de uso del agua o de los planes maestros para los sistemas de agua (o de aguas residuales) en entornos urbanos. En escenarios inmediatos que implican soluciones temporales y generalmente en el lugar, puede ser necesario considerar el desmantelamiento de estas instalaciones de saneamiento. La organización de implementación responsable de la construcción suele ser también responsable del desmantelamiento. A continuación, se describen algunas cuestiones clave que deben tenerse en cuenta al desmantelar infraestructuras de saneamiento en el lugar.

Desmantelamiento de infraestructuras de saneamiento:
  1. Lo ideal es que el desmantelamiento se lleve a cabo hacia el final de la estación “seca”, cuando el contenido de las tecnologías de contención habrá tenido más oportunidades de secarse.
  2. El personal debe recibir capacitación y contar con EPP para desmantelar las superestructuras, retirar las losas y tuberías de las letrinas, y rellenar los pozos y depósitos.
  3. Se debe utilizar cal, cloro u otra forma de desinfectante para limpiar las losas o pedestales de las letrinas, a fin de reducir los riesgos para la salud y evitar los malos olores.
  4. Si el contenido del pozo/depósito está húmedo, puede ser necesario retirarlo utilizando un dispositivo manual o motorizado de vaciado y transporte C.1 , C.2 o cavar una zanja de rebose para absorber los fluidos desplazados. Se puede excavar la zanja alrededor de la parte superior de la letrina o como drenaje de un solo conducto para que funcione como campo de drenaje D.9 .
  5. Los desechos de la superestructura del retrete u otras instalaciones desmanteladas pueden arrojarse a los pozos junto con astillas de madera, ceniza u otra materia orgánica disponible para ayudar a la descomposición. A medida que se añadan, los fluidos se derramarán en la zanja de rebose; una vez que se detenga el caudal, se puede rellenar con tierra y escombros.
  6. El pozo o depósito se debe tapar con un montículo de tierra y escombros para permitir que se asiente el contenido.
  7. Se puede plantar vegetación en la parte superior si se ajusta a la rehabilitación del lugar D.5 . En caso contrario, deberá colocarse un montículo más grande de escombros sobre el pozo lleno para permitir un mayor asentamiento a medida que el contenido se asiente y se descomponga. Si se encuentra en una zona poblada a la que se pueda acceder, se debe considerar la posibilidad de cubrirla con hormigón. Sin embargo, se debe tener en cuenta el posible asentamiento posterior.
  8. Si es posible, la zona se debe cercar para evitar que se manipule.
  9. Los materiales de superestructura usados (madera, lona, losas, etc.) y las unidades de superestructura de plástico prefabricadas se pueden convertir en un problema de residuos sólidos X.8. Si no se pueden reutilizar (tras una desinfección adecuada), deben reciclarse o eliminarse, de acuerdo con la normativa local.
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