arrow_backEmergency WASH

X.4 Entorno institucional y normativo

Durante las emergencias humanitarias, los Estados son los principales responsables de la seguridad de la población afectada, así como de los refugiados y las personas desplazadas dentro del país. Las leyes, reglamentos, normas y códigos nacionales proporcionan la arquitectura para la respuesta de emergencia, incluido el saneamiento y otras intervenciones de WASH. Las normativas especifican cómo se deben prestar los servicios de saneamiento y quién debe hacerlo, qué normas de prestación se deben cumplir, la propiedad de la infraestructura y los servicios, y cómo se deben diseñar e implementar los modelos de operación y mantenimiento. Las normas y los códigos especifican, por ejemplo, el nivel de tratamiento de aguas residuales necesario para proteger la calidad de las aguas receptoras, el diseño de las tecnologías de saneamiento o la calidad del material y el equipo que deben utilizarse en la prestación de servicios medioambientales.

La respuesta global de emergencia de WASH la implementan los departamentos gubernamentales relacionados con el agua y el saneamiento. Por lo tanto, el gobierno local desempeña un papel importante y suele ser responsable de todos los servicios públicos locales, las cuestiones relacionadas con la tierra y los lugares de disposición final y descarga. En consecuencia, las políticas y decisiones nacionales tendrán un gran impacto en el enfoque que adopten las autoridades locales en el esfuerzo de ayuda en general.

En realidad, muchos países que atraviesan conflictos, desastres naturales o cualquier emergencia pública se enfrentan, a menudo, a importantes limitaciones en términos de capacidades y recursos, por lo que no pueden asumir por completo la responsabilidad de coordinar e implementar una respuesta eficaz. En tales casos, el gobierno puede solicitar la ayuda de agentes no estatales, como las organizaciones operativas de la ONU, las ONG locales e internacionales, el Movimiento Internacional de la Cruz Roja y de la Media Luna Roja y las empresas privadas, con el propósito de ayudar a atender las necesidades humanitarias de la población afectada.

Coordinación de la entrega de la respuesta

Es de suma importancia que las operaciones de respuesta a emergencias apoyadas por organismos externos o no gubernamentales no contrarresten ni operen de forma aislada o paralela a los esfuerzos gubernamentales. La capacidad nacional y las estructuras locales existentes deben ser siempre el punto de partida a la hora de planificar los servicios de respuesta a emergencias y, cuando sea necesario, deben contar con la ayuda de medidas específicas de desarrollo de capacidades.

Para garantizar una coordinación eficaz entre el gobierno y los diferentes agentes de WASH, pueden ser necesarios mecanismos de coordinación externos, como el grupo de WASH. El grupo mundial de WASH proporciona una plataforma abierta y formal para que todos los agentes de WASH de emergencia coordinen y trabajen juntos. Para el grupo de WASH, la agencia líder del grupo es UNICEF. En algunos casos, el grupo de WASH también lo puede administrar o codirigir una ONG local o internacional que tenga experiencia en WASH y las redes locales necesarias para desempeñar esta función. Los acuerdos de coordinación de los grupos dependerán de la capacidad de respuesta del gobierno, la ONU y las ONG y de la presencia y eficacia de los mecanismos de coordinación existentes, así como de la escala, las fases y la duración prevista de la emergencia. Sin importar la estructura que se adopte, debe ser lo suficientemente flexible como para adaptarse a todas las etapas de la respuesta de emergencia; por ejemplo, expandirse durante las actividades intensivas de socorro y disminuir a medida que el grupo sectorial se fusiona o se retira. La identificación de una estructura de coordinación adecuada a nivel nacional dependerá de las estructuras gubernamentales y de los mecanismos de coordinación ya existentes.

Los agentes humanitarios externos tienen en principio tres formas diferentes de interactuar con el contexto específico de un país: (1) coordinan sus intervenciones de socorro a través del mecanismo de grupos de WASH establecido, (2) participan directamente en las intervenciones de socorro humanitario y (3) se asocian o apoyan (económicamente) a los agentes locales en sus esfuerzos por ofrecer una respuesta adecuada.

Marco jurídico y reglamentario

A la hora de planificar una respuesta de WASH, es necesario comprender las leyes y los reglamentos nacionales relacionados con la infraestructura de saneamiento. Por lo general, las leyes proporcionan el marco general dentro del cual los reglamentos ofrecen la orientación más detallada. La gestión de las aguas residuales se rige por una serie de leyes, como las de medioambiente, salud pública y planificación, en las que se recogen normas sobre calidad del agua, descarga de aguas residuales, calidad de los efluentes y reutilización, así como normas medioambientales para proteger las fuentes de agua. Los códigos de buenas prácticas suelen indicar qué sistemas se aceptan y cómo se deben diseñar y construir.

Puede que en la fase inmediata de emergencia no sea posible diseñar sistemas de saneamiento acordes con las normas y reglamentos nacionales; se deben discutir las soluciones con las autoridades responsables. El estado de prueba y las moratorias son formas de implementar infraestructuras fuera de los códigos de prácticas y normas existentes, y también pueden sentar las bases para futuras reformas.

Planificar teniendo en cuenta la estrategia de traspaso y salida X.6 suele aumentar la aceptabilidad general y la sostenibilidad potencial de los nuevos sistemas. Si las directrices nacionales no son específicas o no existen, se debe consultar la Carta humanitaria y normas mínimas para la respuesta humanitaria en situaciones de desastres del proyecto Esfera para obtener más información sobre las normas.

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