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X.8 Gestión de los residuos sólidos

Una gestión adecuada de los residuos sólidos es fundamental para la salud pública. Esto es cierto particularmente en emergencias y situaciones de crisis humanitaria, ya que los servicios existentes, como la recolección, el tratamiento o la disposición final, pueden verse interrumpidos. Además, los residuos adicionales causados por la crisis pueden tener repercusiones en la salud pública. Por un lado, los desastres y los conflictos pueden generar grandes cantidades de residuos, en particular, escombros, restos de edificios, entre otros. Por otro lado, el desplazamiento de personas y los nuevos asentamientos temporales (campamentos) requerirán nuevas disposiciones. Los residuos sólidos no gestionados atraen insectos y animales que pueden actuar como vectores transmisores de enfermedades, como moscas, ratas u otros animales que hurgan en la basura. Los residuos sólidos arrojados a los canales de drenaje provocarán obstrucciones, inundaciones o lagunas estancadas. Esto puede propagar la cría de mosquitos transmisores de la malaria, el dengue y la fiebre amarilla. Con frecuencia, se prende fuego a grandes pilas de residuos sólidos no gestionados y el humo puede ser un peligro para la salud si los residuos quemados contienen elementos como plásticos o productos químicos. La exposición a residuos peligrosos no gestionados, como excrementos (por la falta de instalaciones sanitarias), residuos médicos infecciosos, objetos punzantes (agujas, vidrio) o productos químicos tóxicos, puede ser otra amenaza directa para la salud de las personas. El suelo y el agua, en contacto con los residuos, se contaminan rápidamente, y esto amenaza la calidad del suelo, la seguridad alimentaria, así como la calidad de los recursos superficiales y de las aguas subterráneas. Por último, aunque no por ello menos importante, el vertido indiscriminado de residuos sólidos en una zona de asentamiento resulta poco atractivo y disminuye el orgullo de las comunidades.

“Sistema” de gestión de residuos sólidos

Los residuos sólidos se pueden definir, en términos generales, como cualquier producto o material sólido no deseado generado por personas o procesos industriales que no tiene valor para quien lo desecha. Otros términos para residuos sólidos son “basura”, “desperdicios” y “desechos”. Con unos patrones de asentamiento más densos, los retos de los residuos sólidos se intensifican. El término “residuos sólidos municipales” hace referencia a los residuos sólidos derivados de los asentamientos (casas, tiendas, oficinas, restos en las calles y en lugares públicos), que suelen ser responsabilidad del gobierno local. Aunque otros residuos sólidos generados dentro de las áreas municipales (por ejemplo, los excrementos procedentes de la falta de instalaciones sanitarias o los residuos de procesos industriales o de construcción) no suelen identificarse como “residuos municipales”, es necesario tenerlos en cuenta, ya que también acaban en el flujo de residuos sólidos urbanos. La gestión integrada y sostenible de residuos (ISWM, por sus siglas en inglés) (véase la figura 6) incorpora consideraciones sobre todos los elementos físicos del sistema de gestión de residuos, desde la generación de residuos hasta su almacenamiento, recolección, transporte, reciclaje, tratamiento y disposición final. Además, incluye consideraciones estratégicas y de gobernanza, como la sostenibilidad económica y financiera, aspectos políticos/legales e institucionales, y la participación de todas las partes interesadas (diversos generadores de residuos y usuarios de servicios, proveedores de servicios de residuos informales y formales y usuarios de residuos, organismos internacionales, gobiernos locales, regionales y nacionales, sociedad civil y organizaciones no gubernamentales, etc.).

Le cadre de la gestion intégrée et durable des déchets (GIDD) (adapté du PNUE 2015)

Planificación e implementación de servicios de gestión de residuos sólidos

Para un servicio de gestión de residuos sólidos adecuado y sostenible, es necesario tener en cuenta las tareas que se enumeran a continuación.

Planificación/implementación en coordinación e inclusión de todas las partes interesadas pertinentes: Los servicios de gestión de residuos sólidos se deben planificar e implementar en coordinación con los usuarios de los servicios, los organismos y autoridades pertinentes, y los proveedores de servicios potenciales o existentes. Esto debe ocurrir antes de que un problema de residuos sólidos se convierta en un riesgo importante para la salud de la población afectada.

Consideración de vínculos con otras ramas de saneamiento: Los residuos sólidos pueden crear una serie de retos en otras ramas del saneamiento. La basura puede obstruir los canales de aguas pluviales, lo que provoca el estancamiento del agua y el rebose de las aguas, con la consiguiente inundación de calles y viviendas. Los residuos sólidos arrojados a las letrinas de pozo pueden dificultar enormemente el vaciado de estas letrinas y el posterior tratamiento, procesamiento y reutilización/disposición final de los lodos fecales recolectados en los pozos. Estos vínculos se deben tener en cuenta, sobre todo, en las campañas de sensibilización.

Evaluación y comprensión de la generación de residuos y de las prácticas actuales en materia de residuos: La base de toda planificación e implementación es medir cuántos (kg) y saber qué tipo (orgánicos, plásticos, etc.) de residuos se generan. Además de los residuos domésticos, se debe evaluar con cuidado los flujos de residuos con alto potencial de riesgo (por ejemplo, los residuos sanitarios).

Consideraciones sobre los productos de higiene menstrual: Los productos de higiene menstrual que no se eliminan de forma correcta pueden crear problemas, por ejemplo, al atascar los retretes o debido a su naturaleza infecciosa. Los residuos de productos de higiene menstrual se generan, por lo general, dentro de los cubículos de los retretes. Por lo tanto, se debe operar, gestionar y disponer de contenedores de residuos sólidos con tapa y revestimiento en todos los retretes públicos, y se debe educar a la población sobre la forma correcta y segura de desechar los productos de higiene menstrual. 
Fomentar un entorno que evite y reduzca los residuos: No utilizar materiales que no son esenciales, que son peligrosos o que son difíciles de manejar (por ejemplo, bolsas de agua de plástico desechables, materiales multicomponentes, disolventes o latas de aerosol) es una forma de evitar de forma estructural los residuos. Además, las medidas para el usuario de servicios pueden incentivar el cambio de comportamiento a fin de reducir la generación de residuos.


Mejorar la recuperación, el reciclaje y garantizar el tratamiento:
Los residuos se deben considerar un recurso. Mejorar el reciclaje en el lugar (a nivel doméstico) o fuera de las instalaciones (a nivel de vecindario o central) no solo reduce la necesidad (y los costos) de la gestión de residuos, sino que también puede ofrecer oportunidades de empleo a la población local y reducir la dependencia de recursos externos. Con el fin de impulsar el reciclaje, es fundamental implementar la segregación de residuos (lo antes posible). Esto incrementa el valor de las distintas fracciones de residuos y facilita su posterior tratamiento. Algunos ejemplos típicos son el tratamiento de residuos orgánicos mediante compostaje para obtener fertilizantes o la digestión anaerobia para obtener energía, el reciclaje de papel usado para obtener briquetas y combustible, o el reciclaje de otros flujos de residuos (caucho, plástico, metal) para fabricar productos secundarios de bajo costo. No obstante, las tecnologías y los enfoques seleccionados e implementados deben tener en cuenta la demanda del mercado de productos finales derivados de residuos y no agravar el riesgo para la salud y la contaminación ambiental. La incineración de residuos mixtos no suele ser una opción favorable, ya que estos residuos, por lo general, tienen un alto contenido de humedad, y la tecnología requiere un elevado gasto de capital, una operación y una gestión altamente calificadas y costosas, lo que da lugar a graves riesgos para la salud respiratoria y a la contaminación ambiental.

Suministro de un sistema de recolección y transporte: Al retirar los residuos de las zonas residenciales, se evita su acumulación en el vecindario. La recolección periódica evita el contacto y la exposición de los residentes a los residuos, y elimina la atracción y proliferación de vectores animales transmisores de enfermedades. También reduce el riesgo de quema de residuos, una medida que se suele utilizar para eliminarlos y que provoca graves riesgos para la salud respiratoria. Se debe considerar el potencial de desarrollo de pequeñas empresas. Es frecuente que exista un sector informal activo que puede profesionalizarse.

Garantía de una disposición final segura: Comprende la selección de una ubicación que evite la contaminación de la superficie y de las aguas subterráneas con lixiviados de residuos. Los sitios de disposición final deben tener un cerco que impida el acceso de personas y animales. Además, el drenaje alrededor del sitio debe evitar que el agua circule hacia los residuos. La superficie de descarga de residuos del sitio se debe cubrir a diario —o, al menos, una vez a la semana— con una fina capa de tierra para evitar atraer a vectores, como moscas y roedores.

Planificación de campañas de limpieza: En consulta con la población y las autoridades locales responsables, será necesario organizar la limpieza periódica de los espacios públicos para garantizar un entorno higiénico, pero también para recordar y reactivar la necesidad de la participación pública en la limpieza de los vecindarios como un deber cívico y una responsabilidad ciudadana.

Garantizar una gestión segura de los residuos de los centros de salud: Los residuos sanitarios pueden exponer a la población, al personal sanitario y a las personas que los manipulan al riesgo de infecciones, efectos tóxicos y lesiones. En una situación de desastre, es probable que los tipos de residuos más peligrosos sean los químicos o los infecciosos (vendajes de heridas, paños con sangre, jeringas y otros objetos punzantes, etc.). Estos residuos deben separarse de los residuos no infecciosos (papel, envoltorios de plástico, restos de comida, etc.) en su lugar de origen, a fin de someterlos a un tratamiento especial (incineración o confinamiento controlado).

Salvaguardar el bienestar del personal: Todo el personal que participe en la gestión de residuos debe disponer de ropa y equipo de protección para evitar la exposición a los peligros de los residuos. Cuando sea necesario, se proporcionará inmunización contra el tétanos y la hepatitis B.

Desarrollo de una estructura adecuada de operación y mantenimiento: Un plan para la operación sostenible de los servicios de gestión de residuos debe tener en cuenta la aceptación social, la sostenibilidad económica, las aptitudes y capacidades de los trabajadores, así como un marco jurídico e institucional adecuado. Es preciso responder las siguientes preguntas clave: ¿Qué nivel de participación se exige a los usuarios de los servicios y cómo se puede garantizar? ¿Quién presta qué tipo de servicio? ¿Cómo se monitorea y evalúa el servicio? ¿Cómo se cubren los costos de este servicio a largo plazo?

Respuesta rápida de emergencia

Después de una emergencia o desastre, la higiene y la disposición final de los residuos suelen ser deficientes, por lo que las alimañas y otras plagas, incluidos los roedores, se pueden propagar y reproducir con rapidez. Los estándares mínimos del Manual Esfera para la gestión de residuos sólidos establecen que el ambiente debe estar libre de residuos sólidos, incluidos los desechos médicos, y que debe haber medios para eliminar los desechos domésticos de manera segura. Todos los hogares deben tener acceso a contenedores de basura, y estos deben estar a menos de 100 m de los pozos de basura comunitarios y se deben vaciar dos veces por semana. Los contenedores de basura deben tener un tamaño mínimo de 100 l por cada 10 hogares. Los residuos sanitarios se deben aislar y desechar por separado y de forma segura. Otra gran prioridad es el desescombro y la respectiva limpieza de residuos. Esto es necesario para proporcionar acceso a los servicios de respuesta a emergencias, rescatar supervivientes, recuperar cadáveres y abordar problemas urgentes de salud pública y ambientales. La gestión de los residuos de los desastres dependerá de los tipos de residuos y escombros que se generen. Durante la fase de respuesta rápida, los residuos peligrosos y los restos humanos o de animales se deben separar de otros flujos de residuos, en la medida de lo posible. Es necesario identificar y preparar con rapidez los sitios de disposición temporal y, si es posible, final. Los servicios de restauración deben considerar la viabilidad a largo plazo.

De la emergencia al desarrollo

Es necesario desarrollar e implementar con rapidez rutinas para el almacenamiento, la recolección y la disposición final de residuos. Esto es importante, sobre todo, en lugares de alta densidad, como los campamentos de refugiados. En los entornos urbanos y fuera de los campamentos, los sistemas nacionales se deben utilizar y reforzar. Dichos planes también deben integrar una visión de desarrollo a largo plazo que mejore las opciones de reciclaje y recuperación, las habilidades y capacidades técnicas, la autosuficiencia económica y varios otros elementos de un sistema sostenible de gestión de residuos sólidos. Se puede considerar un campamento como una zona urbana, pero, en este caso, la gestión de los residuos sólidos es una responsabilidad conjunta de la coordinación y la gestión del campamento, que garantiza la coordinación y la colaboración con los sectores sanitario y de WASH.

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