arrow_backEmergency WASH

X.12 Promoción de la higiene y trabajo con las comunidades afectadas

La promoción de la higiene (HP, por sus siglas en inglés) es un enfoque planificado y sistemático que permite que las personas adopten medidas para prevenir o reducir las consecuencias que tienen las enfermedades relacionadas con el agua, el saneamiento y la higiene. Se trata de hacer funcionar los sistemas de saneamiento, o mejorar el funcionamiento de estos, y requiere de la ayuda de todas las partes involucradas en la respuesta, incluidos los organismos gubernamentales, locales o internacionales, así como las ONG. Ninguna intervención de saneamiento debe llevarse a cabo sin incluir la promoción de la higiene. La HP debe reconocer las diferencias que existen dentro de cualquier población y tratar de responder de diversas maneras a las diferentes necesidades de WASH de mujeres, hombres, niñas y niños de diferentes edades, orígenes, culturas, sociedades, creencias, religiones, necesidades, capacidades, identidades de género, niveles de autoconfianza y autoeficacia, etc.

Componentes clave de la promoción de la higiene en situaciones de emergencia:
  • Acciones comunitarias e individuales.
  • Uso y mantenimiento de las instalaciones.
  • Acceso y uso de los artículos de higiene.
  • Coordinación y colaboración con otras partes interesadas de WASH.
  • Evaluación, supervisión y valoración.
  • Responsabilidad y participación de las poblaciones afectadas.
  • Identificación de los factores que impulsan el comportamiento y selección específica de las técnicas de cambio.

En casos de emergencia, la unión y las estructuras de la comunidad pueden verse alteradas y las personas pueden sentirse consternadas y tristes por la pérdida de seres queridos. Los promotores de la higiene que trabajen con miembros de la comunidad deben ser empáticos con la situación; es posible que, en un principio, deban limitarse a escuchar las experiencias de las personas para ganarse su confianza. Sin embargo, siempre habrá miembros afectados de la comunidad que estén dispuestos a involucrarse inmediatamente y brindar su ayuda durante el proceso de restablecimiento del acceso al saneamiento y la higiene. Una intervención de saneamiento puede ayudar a restaurar la dignidad de las personas, no solo al garantizar el acceso a instalaciones y servicios, sino también al apoyar la organización, el compromiso y la toma de decisiones de la comunidad y los grupos. Puede que haya diferentes niveles de participación (información, consulta, colaboración o delegación de tareas) según los diferentes momentos de una emergencia; sin embargo, siempre habrá espacio para algún nivel de consulta.

La HP utiliza diversas estrategias y herramientas para abordar los riesgos de enfermedades relacionados con el agua, el saneamiento y la higiene. Pueden incluir: la promoción, la movilización comunitaria, la educación y el aprendizaje interactivos, la comunicación para el cambio de comportamiento, la investigación participativa, los enfoques basados en el mercado y el diseño centrado en las personas.

Principios de la promoción de la higiene para mejorar el saneamiento

Una estrategia vital para promover el saneamiento y la higiene o aumentar la demanda de servicios donde no la hay es intentar comprender las diferentes perspectivas de la comunidad afectada sobre el saneamiento y la higiene, y tenerlas en cuenta al momento de tomar las decisiones sobre el programa.

1. Escuchar y hacer preguntas: Es de vital importancia aprender sobre las prácticas y normas de saneamiento.
Por ejemplo: ¿Qué suelen hacer las diferentes personas? ¿Qué está sucediendo ahora y qué cambió como consecuencia de la emergencia? ¿Qué necesitan y desean las diferentes personas para asegurarse de que las instalaciones de saneamiento son eficaces y repercuten en la salud? ¿Cuáles son los riesgos prioritarios del saneamiento? ¿Quiénes son los más vulnerables y qué ayuda necesitan para acceder a los servicios e instalaciones de saneamiento? ¿Quién puede ayudar? Por ejemplo, la población afectada (que también cuenta con habilidades y capacidades), los organismos locales o los departamentos gubernamentales. Es importante no tratar a todos por igual, sino identificar diferentes grupos con los que trabajar; por ejemplo, jóvenes, madres y padres de niños pequeños, líderes religiosos, niños de primaria, empleados de cafeterías, peluqueros, etc. Véase también los capítulos transversales sobre diseño inclusivo y equitativo X.10 y evaluación de la situación inicial X.1.

2. Involucrarse y dar lugar a la acción: Los debates interactivos se pueden utilizar para ayudar a que los diferentes grupos de usuarios identifiquen qué pueden hacer de forma inmediata para mejorar el saneamiento y la higiene. Es importante averiguar qué es lo que potencialmente les impide actuar (las barreras y obstáculos que les impiden mejorar el saneamiento y la higiene) y qué ayuda necesitan, en caso de necesitar alguna. Para ello, es necesario llevar a cabo encuestas y diferenciar entre las personas que hacen y las que no, así como los usuarios de las instalaciones de los no usuarios de las instalaciones, a fin de identificar los impulsores que motivan la acción. Apoyar la organización de la comunidad también es una medida útil que puede ayudar a estimular a las personas a motivarse mutuamente. Existendiversas intervenciones que pueden ayudar a responder a los riesgos inmediatos, pero dependerán del contexto; por ejemplo, las soluciones provisionales de saneamiento, las herramientas para cavar fosas, el jabón u otras opciones para lavarse las manos, las bacinillas o los pañales para los niños, etc. Analice cómo se mantendrán las instalaciones de saneamiento e higiene desde el principio y el papel que tendrá la comunidad; por ejemplo, mediante la creación de comités o grupos de usuarios.

3. Centrarse en la vulnerabilidad: Es esencial identificar a las personas con necesidades específicas (por ejemplo, mujeres y niñas, personas mayores o con discapacidades) y averiguar qué sienten y precisan para abordar sus necesidades de saneamiento e higiene (por ejemplo, gestión de la higiene menstrual). Contar con miembros mujeres en el equipo permitirá que la comunicación con otras mujeres sea más fluida. También resulta fundamental determinar cómo se gestionan los excrementos de los bebés y niños pequeños y preguntarles a las madres y cuidadores qué ayuda necesitan para poder hacerlo de manera eficaz. Es importante trabajar con organizaciones locales que representen a los grupos vulnerables, como organizaciones de personas con discapacidades. Véase también los capítulos transversales sobre diseño inclusivo y equitativo X.10, gestión de excrementos de niños X.11 y evaluación de la situación inicial X.1.

4. Planificar juntos: Establecer indicadores y objetivos prácticos, así como compilar una estrategia de WASH con otras personas involucradas en la respuesta WASH también son procesos clave en una intervención de HP. En este proceso, es necesario identificar las acciones “viables” que pueden repercutir en el saneamiento y la higiene y determinar cómo se controlará su eficacia. La comunidad afectada debe participar en la elaboración de esta estrategia. El reclutamiento, la capacitación y el apoyo de miembros nuevos y existentes ayudarán a garantizar el cumplimiento de los planes.

5. Trabajar de manera colaborativa y coordinada para la implementación: Existen diversos métodos y herramientas que pueden utilizarse para motivar a los diferentes grupos a tomar medidas que mejoren y garanticen un uso y mantenimiento eficaces de las instalaciones y servicios de saneamiento para mujeres y hombres de diferentes edades y capacidades. Trabajar codo a codo con otros sectores involucrados en la respuesta, en especial las autoridades locales y gubernamentales, también resulta fundamental. La coordinación en el momento de compartir planes e ideas puede minimizar la duplicación de los esfuerzos y aumentar el uso eficiente de los recursos. Debería ser posible llevar a cabo actividades conjuntas, como valoraciones o evaluaciones, así como los agentes de divulgación de HP podrían centrarse en otras cuestiones sanitarias prioritarias, además de la higiene.

6. Supervisar y revisar: La observación (¿Utilizan las personas las instalaciones?) y las encuestas (¿Cambiaron las personas su comportamiento?) permiten supervisar la eficacia de la promoción de la higiene y los esfuerzos para lograr cambios en el comportamiento. Buscar constantemente comentarios y sugerencias por parte de la población dará lugar a adaptaciones en la programación y aumentará su eficacia.

Además, es importante hacer un seguimiento de los rumores que puedan ser perjudiciales y tomar medidas lo antes posible; por ejemplo, abordarlos en debates comunitarios o brindar información en las redes sociales.

Métodos de promoción de la higiene

Métodos interactivos: Los métodos que fomentan el diálogo y el debate grupal, como el “mapeo comunitario” o la actividad “Bueno, Malo o Más o Menos”, que utilizan imágenes o representaciones visuales, requieren la participación activa de los miembros de la comunidad y suelen ser más eficaces que la simple “difusión de mensajes”, ya que la última opción da por sentado que las personas se informarán sobre el tema de forma pasiva y actuarán en consecuencia.

Acceso a artículos de higiene y saneamiento:
Es importante tener en cuenta las diferentes necesidades de los hombres y las mujeres, así como las de los niños y las niñas. Por ejemplo, la mayoría de las mujeres y niñas adolescentes necesitarán apoyo en cuanto a la gestión de la menstruación; por ello, es necesario incluir asesoramiento sobre este tema en cualquier programa de saneamiento.

Ideas principales sobre las conductas de WASH

Durante los últimos años, se ha hecho un gran esfuerzo por tratar de entender los diferentes aspectos que influyen en los comportamientos de saneamiento e higiene. Está claro que los conocimientos sobre los gérmenes y la transmisión de enfermedades suelen ser insuficientes e inadecuados para lograr cambios en el comportamiento. Las siguientes sugerencias pueden ayudar a que los programas sean más eficaces:

1. Hacer que las prácticas sean fáciles y llamativas: Los lugares en donde se desean lograr cambios en el comportamiento deben contar con un fácil acceso a los productos y suministros (por ejemplo, una estación de lavado de manos que cuente con jabón y agua). Hacer énfasis en los beneficios y la facilidad de adoptar el comportamiento deseado (pequeñas acciones que pueden realizarse en el momento) suele ser más eficaz para promover el cambio de conducta que centrarse en el comportamiento “ideal”. Otorgar premios e incentivos, como las competencias, puede ser una buena idea y una opción útil para atraer la atención de las personas; por ejemplo, pintar de colores las puertas de las letrinas o agregar espejos a las instalaciones de lavado de manos.

2. Ideas para tener en cuenta cuando las personas son más receptivas: Las alteraciones del contexto (como las que surgen en la mayoría de las emergencias) o los cambios de vida significativos, como dar a luz, pueden ser una oportunidad para modificar los hábitos, ya que son momentos en los que las personas toman más conciencia de sus acciones. Relacionar el comportamiento deseado con un hábito existente también aumenta las probabilidades de tener éxito. Por ejemplo, fomentar el lavado de manos en relación con los comportamientos de cuidado infantil, como alimentar o cambiar los pañales del niño.

3. Inspirarse en las motivaciones y normas sociales: Según los enfoques psicosociales, existen diversos aspectos que impulsan los cambios en el comportamiento, así como técnicas relacionadas que deben implementarse. Para poder cambiar las percepciones sobre los riesgos de salud, es necesario contar con información personal relacionada con estos riesgos. De la misma manera, para cambiar las actitudes y las creencias sobre los costos y beneficios de un determinado comportamiento, es necesario hablar sobre ellas. Apelar a los sentimientos de repulsión de las personas, los comportamientos enriquecedores de crianza, así como las afiliaciones a un grupo pueden cambiar los componentes emocionales de las actitudes y motivar la acción. Para cambiar la percepción de las normas, es útil transmitir la idea de que la mayoría de las personas adoptan el comportamiento deseado. Identificar qué piensan las personas sobre lo que otras personas dirán en caso de llevar a cabo esta práctica y, de ser necesario, intentar cambiar esa percepción. Se puede invitar a las personas a que se comprometan públicamente a utilizar los retretes, lavarse las manos o apoyar la construcción de letrinas, y a centrarse en los grupos y las comunidades y no solo en los individuos. A fin de cambiar la percepción de las habilidades para adoptar un comportamiento, debemos hacer una demostración de dicho comportamiento e impulsar la práctica. Para promover la adopción de una conducta (autorregulación), la planificación de barreras y acciones es vital, pero también lo son los ayuda memoria, que permiten recordar fácilmente la conducta en situaciones clave (por ejemplo, lavarse las manos antes de tocar alimentos). Los enfoques comunitarios para la promoción del saneamiento y la higiene, como el Saneamiento Total Liderado por la Comunidad y los clubes de salud comunitarios, resultaron eficaces; además, merece la pena explorar otras estrategias, como el diseño centrado en el comportamiento y la evaluación de la motivación en profundidad.

4. Fomentar el hábito: Una opción viable para la promoción de hábitos de comportamientos es el uso de señales y pistas que lleven hasta las letrinas y luego, hasta la instalación de lavado de manos (le dan un empujón a la persona). Además, las pruebas de comportamiento pueden ser útiles; por ejemplo, pedirle a las personas que utilicen el jabón o el lavamanos durante dos semanas y luego, entrevistarlas sobre sus experiencias. Los juegos para niños relacionados con el tema también pueden ayudar a internalizar la relación que existe entre el lavado de manos y los gérmenes.

Hace referencia al proceso de recolección y eliminación higiénicas del excremento y los residuos líquidos para proteger la salud pública y preservar la calidad de los cuerpos públicos de agua y del ambiente en general.

Obstáculos comunes

Según diferentes informes, reseñas y directrices, existen diversos obstáculos en la promoción de la higiene:

  • Poner demasiado énfasis en la difusión de mensajes unidireccionales, sin escuchar, debatir y dialogar para que las personas puedan aclarar los problemas y encontrar la manera de adaptar los cambios a su situación específica.
  • Poner demasiado énfasis en el diseño de materiales promocionales, como carteles y folletos, antes de entender el problema adecuadamente.
  • Poner demasiado énfasis en la higiene personal y no el suficiente en el uso, operación y mantenimiento de las instalaciones.
  • No comunicar ni prestarle la suficiente atención a las medidas prácticas que las personas pueden adoptar.
  • Querer abordar demasiados comportamientos y audiencias al mismo tiempo.
  • Sostener que las personas se sentirán motivadas por la promesa de un mejor estado de salud, en lugar de investigar otras motivaciones, como la crianza y el sentimiento de repulsión.
arrow_upward