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7. ¿Cuáles son las categorías utilizadas para distinguir entre las diferentes fases de emergencia?

Las categorías predominantes utilizadas para distinguir entre las diferentes fases de emergencia son: (1) respuesta aguda, (2) estabilización y (3) recuperación. La identificación de estas fases amplias es útil a la hora de planificar la asistencia; sin embargo, la división debe verse como teórica y simplificada, modelada a partir de desastres singulares. La vida real rara vez está tan claramente definida.

Fase de respuesta aguda: se refiere a las intervenciones de ayuda humanitaria que se implementan inmediatamente después de desastres naturales, conflictos, crisis prolongadas o epidemias. Suele abarcar las primeras horas y días hasta las primeras semanas, donde se aplican medidas eficaces a corto plazo para aliviar la situación de emergencia rápidamente hasta que se puedan encontrar soluciones más permanentes. Las personas afectadas por desastres son generalmente mucho más vulnerables a las enfermedades, que en gran medida están relacionadas con un saneamiento inadecuado y la incapacidad de mantener una buena higiene. El objetivo de las intervenciones en la fase de respuesta aguda es garantizar la supervivencia de la población afectada, guiada por los principios de humanidad, neutralidad, imparcialidad e independencia. Los servicios esenciales relacionados con el saneamiento que se necesitan en esta etapa incluyen el establecimiento de opciones instantáneas y seguras para el manejo de excrementos (particularmente medidas de contención de excrementos), ya que son determinantes críticos para la supervivencia en las etapas iniciales de un desastre. También es fundamental garantizar un entorno seguro y evitar la contaminación de las fuentes de agua. Si corresponde, esto también puede incluir la rápida rehabilitación de la infraestructura WASH existente, el establecimiento de soluciones de drenaje apropiadas y el suministro de herramientas y equipos para garantizar servicios básicos de operación y mantenimiento.

Fase de estabilización: la fase de estabilización o transición generalmente comienza después de las primeras semanas de una emergencia y puede durar desde varios meses hasta medio año o más. El principal enfoque de saneamiento, además de aumentar la cobertura de los servicios de saneamiento, es la modernización y mejora gradual de las estructuras temporales de emergencia que se habrían instalado durante la fase aguda, o la sustitución de tecnologías de saneamiento temporales por soluciones más sólidas a más largo plazo. Esta fase incluye el establecimiento de estructuras apoyadas por la comunidad con un mayor enfoque en toda la cadena de servicios de saneamiento. En esta fase a menudo se produce un cambio del saneamiento comunitario a soluciones a nivel doméstico. Las soluciones de hardware de saneamiento deben basarse en tecnologías y diseños apropiados, idealmente utilizando materiales disponibles localmente. Se requiere una evaluación detallada para poder responder adecuadamente dentro de un contexto local determinado y aumentar la aceptación a largo plazo de las intervenciones de saneamiento previstas. Se debe dar especial énfasis a los aspectos socioculturales, como las cuestiones potencialmente delicadas relativas al saneamiento (incluido el uso, el funcionamiento y el mantenimiento), la gestión de la higiene menstrual, la vulnerabilidad a la violencia sexual y otras formas de violencia, así como las cuestiones relacionadas con la higiene que implican ciertos niveles de cambio de comportamiento. La participación equitativa de mujeres y hombres, niños, grupos marginados y vulnerables en la planificación, la toma de decisiones y la gestión local es clave para garantizar que toda la población afectada tenga acceso seguro y adecuado a los servicios de saneamiento, y que los servicios sean apropiados.

Fase de recuperación: La fase de recuperación, a veces denominada fase de rehabilitación, generalmente comienza después o incluso durante las intervenciones de socorro y tiene como objetivo recrear o mejorar la situación previa a la emergencia de la población afectada incorporando gradualmente principios de desarrollo. Puede verse como una continuación de los esfuerzos de ayuda ya ejecutados y puede preparar el terreno para posteriores intervenciones de desarrollo y una transferencia gradual a socios a mediano y largo plazo. Dependiendo de las necesidades locales, el plazo general para las intervenciones de recuperación y rehabilitación suele oscilar entre seis meses y tres años y, en situaciones difíciles, hasta cinco años. Las intervenciones de recuperación y rehabilitación se caracterizan por una participación activa de los socios y autoridades locales en la planificación y la toma de decisiones con el fin de aprovechar las capacidades locales y contribuir a la sostenibilidad de las intervenciones. Las intervenciones de recuperación del saneamiento pueden adoptar diversas formas y depender de las condiciones locales, así como de las necesidades reales de la población afectada. Más allá de la implementación técnica de un sistema de saneamiento, estas intervenciones incluyen esfuerzos significativos para fortalecer las estructuras de servicios y promover mercados para los servicios de saneamiento. En situaciones de campamentos de larga duración que pueden convertirse en asentamientos permanentes, las intervenciones podrían incluir la mejora de la infraestructura sanitaria de emergencia existente. Las intervenciones de recuperación también incluyen el desarrollo de capacidades y la capacitación a más largo plazo, incluido el trabajo con las autoridades locales pertinentes y los socios para el desarrollo. También es fundamental una colaboración más estrecha con los gobiernos locales, los servicios públicos, la sociedad civil, el sector privado y el traspaso de responsabilidades. Esto requiere una mayor participación de las partes interesadas involucradas en la planificación y la toma de decisiones del saneamiento desde el principio. Cuando sea posible, las intervenciones de recuperación del saneamiento deben tener en cuenta que las inversiones realizadas pueden proporcionar una base para una mayor expansión de las instalaciones y servicios de agua y saneamiento. Además, las intervenciones de recuperación pueden incluir medidas pertinentes de resiliencia y reducción del riesgo de desastres. Las intervenciones de recuperación deben incluir una estrategia clara de transición o salida que incluya el traspaso de responsabilidades a los gobiernos locales, las comunidades o los proveedores de servicios para garantizar que se puedan mantener los niveles de servicio creados.

 

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