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8. ¿Cuáles son los principales escenarios de desastres y crisis y cómo impactan en los servicios de saneamiento?

El Global WASH Cluster describe los desastres como eventos en los que se infligen pérdidas y daños importantes a comunidades e individuos, posiblemente incluyendo la pérdida de vidas y medios de subsistencia, dejando a las comunidades afectadas incapaces de funcionar normalmente sin asistencia externa. Los desastres o las emergencias humanitarias pueden adoptar diferentes formas. Cada situación de emergencia, dependiendo del contexto del país, su alcance y causas, es única y tiene un gran impacto en las personas, el medio ambiente y la infraestructura. A pesar de esta heterogeneidad, se puede utilizar la siguiente subdivisión de varios tipos de crisis para proporcionar una categorización aproximada:

Desastres provocados por peligros naturales o tecnológicos: los terremotos, las erupciones volcánicas, los deslizamientos de tierra, las inundaciones, las tormentas, las sequías y las temperaturas extremas son peligros naturales que pueden causar desastres humanitarios que se cobran muchas vidas y causan pérdidas económicas y daños ambientales y de infraestructura. Sin embargo, los desastres humanitarios sólo ocurren si un peligro ocurre donde las poblaciones son vulnerables al peligro específico. Debido al cambio climático y sus efectos de gran alcance, la asistencia humanitaria tiene que hacer frente cada vez más a fenómenos meteorológicos extremos y sus consecuencias. La creciente población mundial, la continua urbanización global y los cambios en el uso de la tierra aumentan aún más la vulnerabilidad a peligros naturales y tecnológicos como la rotura de presas y la contaminación química o nuclear. Estos desastres a menudo resultan en un deterioro de las condiciones de salud ambiental, particularmente en términos de acceso a servicios básicos de saneamiento. Infraestructuras como escuelas, carreteras, hospitales, así como instalaciones sanitarias y baños a menudo se ven directamente afectadas, lo que da como resultado que ya no se garantice el acceso al saneamiento y la práctica de conductas higiénicas relevantes, como lavarse las manos. Por tanto, aumenta el riesgo de enfermedades relacionadas con el agua y el saneamiento.

Conflictos: esto incluye situaciones de emergencia causadas por la sociedad, como conflictos políticos, enfrentamientos armados y guerras civiles. Muchas personas desplazadas (desplazadas internas y/o refugiadas) deben ser alojadas en campamentos, refugios temporales o comunidades de acogida, donde el acceso a artículos de saneamiento e higiene adecuados debe garantizarse en muy poco tiempo y, a menudo, debe mantenerse durante períodos más largos. La mayoría de las personas desplazadas suelen ser absorbidas por las comunidades de acogida. Esto puede sobrecargar la infraestructura de saneamiento existente, dificultando la identificación y cuantificación de las necesidades reales. Debido a la dinámica del conflicto, a menudo resulta difícil planificar cuánto tiempo deben permanecer en funcionamiento los refugios y la infraestructura sanitaria correspondiente. Esto puede variar desde unas pocas semanas o meses hasta varios años o incluso décadas. Además, los campos de refugiados suelen construirse en lugares donde la situación sanitaria ya es tensa. En situaciones de refugiados, donde una población desplazada es inicialmente alojada en refugios temporales o en un campamento, generalmente no es políticamente deseable que se haga ningún movimiento hacia un asentamiento permanente. Los tomadores de decisiones locales podrían oponerse a actividades que se consideran que hacen que el asentamiento sea más permanente o mejor desarrollado por temor a no poder trasladar a la población de refugiados de regreso al lugar de donde vinieron inicialmente. Esto se complica aún más si las condiciones en el campo resultan ser mejores que las de los asentamientos locales. Pueden surgir tensiones entre la población local y la de refugiados. Estos casos deben verse como oportunidades para mejorar los servicios de saneamiento tanto para las comunidades de acogida como para las de refugiados.

Estados frágiles y crisis prolongadas: Un fenómeno cada vez más común es la cuestión de los Estados frágiles y los países en crisis prolongadas. Los Estados pueden considerarse frágiles si no quieren o no pueden cumplir sus funciones básicas. Para la población afectada, su seguridad puede estar en riesgo ya que los servicios sociales básicos no se brindan o se brindan de manera deficiente. Las estructuras gubernamentales débiles o la falta de responsabilidad del gobierno para garantizar los servicios básicos pueden provocar un aumento de la pobreza, la desigualdad y la desconfianza social y potencialmente convertirse en una emergencia humanitaria. Las situaciones de crisis prolongadas se caracterizan por desastres y/o conflictos recurrentes, crisis alimentarias prolongadas, deterioro del estado de salud de las personas, colapso de los medios de vida y capacidad institucional insuficiente para reaccionar ante las crisis. En estos entornos, una proporción significativa de la población es sumamente vulnerable a la mortalidad, la morbilidad y la alteración de los medios de vida durante un período prolongado. A menudo se descuida la prestación de servicios básicos de saneamiento y el apoyo externo utilizando canales gubernamentales convencionales puede conducir a experiencias muy insatisfactorias. En estas condiciones, puede ser necesario explorar medios complementarios y alternativos de prestación de servicios, basándose principalmente en actores no estatales y subestatales a un nivel relativamente descentralizado.

Países de (alto) riesgo continuamente afectados por desastres y cambio climático: El cambio climático y la mayor probabilidad de que se produzcan peligros naturales asociados es un enorme desafío para muchos países. El riesgo de que los fenómenos naturales se conviertan en desastres está determinado en gran medida por la vulnerabilidad de la sociedad, la susceptibilidad de sus sistemas ecológicos o socioeconómicos y por el impacto del cambio climático tanto en fenómenos extremos ocasionales (por ejemplo, fuertes lluvias que causan inundaciones o deslizamientos de tierra) como en sobre cambios climáticos graduales (por ejemplo, cambio temporal de las estaciones de lluvias). El cambio climático también exacerba situaciones problemáticas en países de alto riesgo que ya están sufriendo desastres. La infraestructura de saneamiento existente puede necesitar adaptaciones o la introducción de sistemas de saneamiento más apropiados y sólidos para aumentar la resiliencia y ayudar a las comunidades a hacer frente a los fenómenos meteorológicos extremos recurrentes inducidos por el clima (por ejemplo, soluciones de saneamiento mejoradas para zonas propensas a inundaciones). Además, es posible que sea necesario preparar los sistemas de saneamiento para atender a los refugiados del cambio climático.

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